Este año invitados a vivir la
experiencia de la misericordia con los otros/otras, desde la opción preferencial
por los jóvenes, -afirmada por nuestros obispos (Puebla 1186, Santo Domingo 114
y Aparecida 446), estamos invitados a dirigir nuestra mirada a los diversos
rostros de adolescentes y jóvenes que sufren y requieren una atención
misericordiosa. Para ser ¨Misericordiosos como el Padre en medio de los jóvenes….¨
Los obispos en Aparecida nos invitan
a mirar:
¨… jóvenes que reciben una
educación de baja calidad y no tienen oportunidades de progresar en sus
estudios ni de entrar en el mercado del trabajo para desarrollarse y construir
una familia; muchos pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos
sin tierra, quienes buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas
sometidos a la prostitución infantil, ligada muchas veces al turismo sexual;
también los niños víctimas del aborto. Millones de personas y familias viven en
la miseria e incluso pasan hambre. Nos preocupan también quienes dependen de
las drogas, las personas con capacidades diferentes, portadores y víctimas de
enfermedades graves como la malaria, la tuberculosis y VIH – SIDA, que sufren
soledad y se ven excluidos de la convivencia familiar y social. No olvidamos
tampoco a los secuestrados y a los que son víctimas de la violencia, del
terrorismo, de conflictos armados y de la inseguridad ciudadana.¨ DA 65
Nos preguntamos a nivel personal:
¿Cuántos adolescentes y jóvenes
de mi entorno viven estas situaciones que marcan su vida y claman misericordia?
Nos preguntamos a nivel grupal:
¿Cuáles son los diversos rostros
que encontramos en nuestros alrededores que presentan un desafío a nuestra
atención pastoral?
¿Qué estamos haciendo por atender
a éstos diversos adolescentes y jóvenes que sufren situaciones que vulneran sus
vidas y limitan su futuro?
¿A qué nos mueve actuar esta
realidad?
Que éstas preguntas desde lo
personal y comunitario nos anime a pensar, reflexionar y actuar, desde las
juventudes en la experiencia de la misericordia... Así como el Padre
misericordioso en medio de los jóvenes.
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